Comprimir la realidad
La falta de espacio alimentó la invención de los archivos Zip, que comprimen los datos para que ocupen menos, sin perder detalle.
Pero no era suficiente. El sonido y las imágenes de la realidad son riquísimos en variaciones y los compresores que se basan en sustituir repeticiones no pueden hacer mucho por ellos.
Por eso se inventaron los compresores que sacrifican la calidad en pos de rescatar una vaga idea. Se simplifican y equiparan valores circundantes para que esa rica realidad se vuelva más plana. Si filmamos a un comentarista inmóvil, que sólo mueve la boca, tendremos una filmación muy fácil de comprimir, la variación se redujo a un minúsculo cuadrado.
La simplificación de la simplificación borra matices que son importantes, hasta el punto de que La Gioconda se podría confundir con Lala, de los Teletubbies, a la que le he notado cierta sonrisa enigmática últimamente.
En un mp3 muy sazonado podríamos disfrutar igualmente una ópera de Verdi tarareada por el cavernícola que se sentó en la butaca de al lado.
Pero la realidad que vivimos es demasiado rica para perderla en una visión comprimida. Por ejemplo, pueden tomar la última película de Adam Sandler, Click, y aprender del protagonista a no vivir en fast-forward tratando de olvidar todo en la vida en pos de conseguir un resultado determinado. Uno se pierde de los deliciosos detalles y momentos que guarda aún la existencia más ascética.
Este es un ejemplo de compresión sintética y benevolente, porque ciertamente la película es un horrendo bodrio y sólo este mensaje relamidamente cursi podría hacerles despertar una sonrisa al final, a menos claro, que valoren su tiempo o que hayan pagado la entrada del cine.
Pero no era suficiente. El sonido y las imágenes de la realidad son riquísimos en variaciones y los compresores que se basan en sustituir repeticiones no pueden hacer mucho por ellos.
Por eso se inventaron los compresores que sacrifican la calidad en pos de rescatar una vaga idea. Se simplifican y equiparan valores circundantes para que esa rica realidad se vuelva más plana. Si filmamos a un comentarista inmóvil, que sólo mueve la boca, tendremos una filmación muy fácil de comprimir, la variación se redujo a un minúsculo cuadrado.
La simplificación de la simplificación borra matices que son importantes, hasta el punto de que La Gioconda se podría confundir con Lala, de los Teletubbies, a la que le he notado cierta sonrisa enigmática últimamente.
En un mp3 muy sazonado podríamos disfrutar igualmente una ópera de Verdi tarareada por el cavernícola que se sentó en la butaca de al lado.
Pero la realidad que vivimos es demasiado rica para perderla en una visión comprimida. Por ejemplo, pueden tomar la última película de Adam Sandler, Click, y aprender del protagonista a no vivir en fast-forward tratando de olvidar todo en la vida en pos de conseguir un resultado determinado. Uno se pierde de los deliciosos detalles y momentos que guarda aún la existencia más ascética.
Este es un ejemplo de compresión sintética y benevolente, porque ciertamente la película es un horrendo bodrio y sólo este mensaje relamidamente cursi podría hacerles despertar una sonrisa al final, a menos claro, que valoren su tiempo o que hayan pagado la entrada del cine.
1 Comments:
"Pero la realidad que vivimos es demasiado rica para perderla en una visión comprimida."
Cuál es nuestra comprensión/persepción diaria de la información de los instantes vividos ? Tal vez sea lo más lo más parecido a un archivo mp3. En realidad pocas veces buscamos la ampliación de consciencia, por el contrario. Tratamos de compactarla, para poder hacer más cosas ! ;-)
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