viernes, septiembre 29, 2006

Wiki Magia

Supongamos que tengo que contarles algo realmente complejo. Es la tercera vez que reescribo este artículo, así que puede decirse que no es tan difícil de suponer: les quiero contar qué es la wiki, y por qué me gusta tanto.

Una wiki-definición de diccionario:

La [[wiki]] es una [[aplicación web]] creada para la [[generación de contenido]] de una manera [[colaborativa]].

Puse entre corchetes dobles las ideas que se merecen una explicación mejor. Y eso me gusta tanto: que cuando escribo documentación usando la wiki, puedo completar los conceptos a medida que los voy definiendo.

Algo deben haber oído hablar de la wiki. Está la Wikipedia que es gigante, y la definción de wiki está también ahí. Yo les cuento lo que es instalar el servidor propio de wiki y disfrutarlo:

Instalo con un comando mágico de Linux (que no viene al caso). Abrimos un navegador en la portada de la wiki. Está en blanco, toco el botón de editar y escribo:

Este es el [[blog]] de [[Tristán]]

Grabo. Tenemos la portada y dos conceptos a definir que son blog y Tristán (suponiendo que quisiéramos definirlos, claro). Ahora la página nos muestra dos vínculos a páginas que todavía no existen: blog y Tristán.Si tocamos dichos vínculos -que aparecen en rojo- podemos cargar una definición.  Ahora que las páginas vinculadas ya existen, los vínculos de la portada aparecen en azul.

Y así se empieza a generar contenido relacionado. Los conceptos que necesitan ampliación los vemos más tarde: de hecho, lo puede hacer otro.

Cómo nació la Wiki? Ward Cunningham buscaba una forma de hacer que mucha gente pudiera completar documentaciones de manera colaborativa. De alguna manera procrastinante (que está tan de moda) y muy dispersa, mucha gente puede escribir la gran novela americana. Es algo así como darle máquinas de escribir a infinitos monos, pero con la capacidad de que algunos monos puedan coordinar, otros revisar los cambios y que otra sección muy mona haga las correciones. Bueno, no está funcionando para la gran novela, pero sí está funcionando para la enciclopedia universal.

El primer nombre que se le ocurrió a Ward fue QuickWeb, y no pegaba. En el aeropuerto de Honolulu, alguien le habló de los colectivos que hacen el transfer: wiki-wiki que en hawaiano quiere decir rápido-rápido e inmediatamente un rayo se hizo en la mente de Ward y gracias a la magia hawaiana que lo hace todo simple y bello, llegó una idea demoledoramente buena.

martes, septiembre 26, 2006

The Geek Way

Te dicen que vale 100 y querés mostrar que no te sentís intimidado por la cifra: rápidamente revaluás a un número menor.

-No... debe andar en 86. (90 es demasiado cerca, 85 es demasiado redondo)

86 es un lindo número, porque si te tocó de segundo podés apoyar con 84, o con 87-88 si querés seguir la racha ganadora  y al mismo tiempo dejar bien en claro quién manda.

Sería:

-Sí, 87, quizás 88, no más.

o la versión más sumisa:

-84 con suerte!

Todos dejamos bien en claro que no nos intimidamos con 100. La respuesta Geek del originante debería ser:

-Este está en 150 porque es la versión full-full

a lo que se responde con un

-aah!!!!!!!!!! de los más sumisos

o un

-ah! claro! de los segundones

y un

-Mi primo consiguió el full-full a 134

de los más resentidos.

Esta conversación es el modelo exacto, está expresada en porcentajes y será redondeada levemente hasta los 2 decimales.

viernes, septiembre 22, 2006

La Verdadera Venganza de los Geeks

Ser geek no era lo más popular del mundo. Era lo anti-popular. Recuerdo la película  "La Venganza de los Nerds", y no puedo dejar de pensar que hubo un error de interpretación en alguna parte.

A nadie se le ocurriría pensar que los geeks son seres oprimidos. Vamos a decirle geeks a los nerds antes de empezar una geek-discusión acerca de los matices. Punto. Sigamos. Ver procrastinación en la wikipedia. Sigamos.

Como decía, a nadie se le ocurre pensar que un geek es un ser indefenso, ni que es gracioso burlarse de un geek por su forma de vestirse o de hablar. Ya no más. Hemos convertido a este mundo en un lugar tan complejo de usar, tan intercableado que sólo un geek con vocación puede sentirse dueño de la matriz. Si apenas tuviéramos un poco de sentido sindical seríamos los amos del universo conocible.

La venganza de los nerds sería una tonta película en la que unos estúpidos estudiantes se burlan de un geek para encontrarse a sí mismos sin mail, sin acceso a internet, con todas las materias por recursar de por vida y con antecedentes criminales y persecuciones policiales. Bueno, acabo de contarles "La Red", una película en la que una geek cae en la trampa de otros geeks que planean apoderarse del mundo, le cambian la identidad y la transforman en una mujer buscada por la ley. La heroína, con un estilo muy geek consigue vengarse y como primer cartel después del The End, se ve una clara advertencia "Con los Geeks no se jode".

Ahora el mundo lo sabe y para las nuevas generaciones de Geeks, todo lo que les espera es: poder ilimitado, sexo a discreción y la eterna tarea de recuperar las computadoras de los familiares y amigos.

martes, septiembre 19, 2006

Tele Satelital

El fin de semana pasado tuve la gracia de conocer la televisión por satélite. En una zona urbana, la única ventaja que tiene por sobre el cable es que tiene más canales. Siempre me resistí a la televisión satelital porque es más frágil al clima, es más cara y algunas cosas de uso que la hacen más incómoda. En una zona rural, bueno, es la única manera de ver televisión, y en el campo no tuve más alternativa que asomarme al mundo de la TV Sat.

Un verdadero geek no puede ver televisión de la misma manera que el resto de los mortales. Si nos gustó una serie, la bajamos en la computadora gracias a iTunes o a cualquier otro medio que encontremos, y la vemos cuando tenemos tiempo.

La televisión por satélite es lenta para el zapping, y nuestra sensación de diversión empieza cuando vemos por lo menos tres cosas al mismo tiempo. Y es que, a menos que estemos viendo algo que valga la pena -como el episodio seis de la Guerra de Las Galaxias donde cada segundo debe ser reverenciado-, sabemos cuando una escena vale la pena y cuando huir en pos de lo que otro canal ofrecerá en alguna parte.

Mal zap, buen sistema de menúes. Pero el control, que ya tiene demasiados botones, no tiene para pasar por página y eso es muy poco conveniente. Para el asombro del dueño de casa, descubrí los juegos gratuitos que tiene el sistema satelital de tv, y que muestran el potencial que podría tener el aparato decodificador, que es una verdadera computadora.

Por lo demás, el control remoto es terriblemente malo en todos los aspectos: tiene demasiados botones, las funciones están mal dispuestas por lo que tiene dos conjuntos de navegación distinta, los carteles indicadores que están impresos en el control se borran con muy poco uso y nos queda un control mudo. La sensación del apretado de los botones es pésima.

Otra de las cosas enloquecedoras es comprar una película a un precio que no es muy barato, y tener que verla de corrido porque no tiene pausa.

Y tener dos controles remotos siempre en la mano? Porque no tiene control de volumen, o no engancha con nuestro televisor que no está listado dentro de los que podrían, eventualmente, recibir comandos si lo configuramos correctamente. En una mezcla de buena idea y de una implementación horrenda, tenemos como primera línea de botones en el frente, cinco botones que nos permitirían  manejar distintos aparatos con el mismo control: la compactera de CD's, el televisor, la VCR, el DVD o Mp3 player y finalmente, el decodificador satelital.

Esos botones son los primeros que apretamos cuando no conocemos el control remoto (al que se le han borrado las etiquetas) y que nos descontrolan inmediatamente. Como no hay ningún indicador que nos avise que estamos enviando un cambio de disco al CD player -que no tenemos- tratamos de cambiar infructuosamente de canal, y pensamos que
  1. estropeamos el control
  2. no tiene pilas
  3. pusieron a un verdadero sádico a diseñar este control
La opción correcta es la 3.


viernes, septiembre 15, 2006

El Legado Geek

Una de las cosas que los geeks no le contamos al resto de los mortales es que nuestros hijos naturales son las computadoras y las máquinas que tomarán el control del mundo del mañana.

Veámoslo de esta manera. Una licuadora no es una licuadora para nosotros, es una extraña cosa que no tiene una interfaz para conectarse a una computadora, no puede programarse, no tiene sensores de control de giro y no puede decirnos el contenido calórico de la mezcla que le metimos dentro. El Geek real siempre agarra un electrodoméstico y lo da vuelta para ver los conectores que tiene.

Un inodoro geek es un cómodo sillón con calefacción, un sistema de lavado automático que parece un lava-coches en miniatura y un pequeño laboratorio que puede analizar muestras de nuestro producto y, gracias a su conexión a Internet, enviar los resultados a nuestro médico para su almacenado en nuestra historia clínica. Sí, tiene su propia conexión a Internet. Por supuesto que el baño tiene una luz de lectura, nuestras revistas favoritas y una terminal con touch screen para escribir el blog en nuestros mejores momentos de inspiración.

El pensamiento Geek está haciendo que todo tenga un chip incorporado. Y apunta a que el mundo nos acoja en un capullo tecnológico que resuelve todo por nosotros. Para los amantes de la película: La Matriz no es un invento de las máquinas, es la suma de todas las ideas Geek, sincronizadas.

Cuando un Geek se sube a un auto, busca la pantalla, el joystick y la computadora de a bordo. No son funciones que estén en el auto de hoy de una manera Geek, pero lo estarán en el auto de mañana. Hoy son nombres que desilucionan al tecnológico ser que somos: qué sistema operativo tiene la computadora de a bordo? Se conecta con Internet? Podemos sincronizarla con el teléfono? Podemos reinstalarla con lo que nosotros queremos? Google Earth? Y la alarma, no nos puede avisar por un mensaje de texto que se activó? Y el auto, no tiene cámaras conectadas que graban la última media hora para que en caso de colisión podamos demostrar que la culpa la tuvo el otro?

Hoy no están, pero lo estarán en el futuro no muy lejano. Son todas necesidades que estamos metiendo en este mundo consumista que no tiene metas. Pero nosotros sí las tenemos. Nosotros queremos la vida que un cyber-geek nos puede ofrecer: super fuerza, visión infraroja, que no necesitemos dormir, ni comer, conexión cerebral a Internet, todas nuestras partes upgredeables y la total desaparición de diferencias entre el mundo real y el mundo virtual, donde tenemos poderes sobrenaturales y todas esas cosas.

martes, septiembre 12, 2006

Giga Era

Ya estamos en la Giga Era. No es una noticia nueva, ninguna novedad. El último eslabón de las cosas giga que quedaba era la memoria, pero gracias a los requerimientos de los sistemas operativos actuales -los más rapaces, bueno- la configuración normal de una PC ya aparece con gigas para todo: el disco, la velocidad del micro, la memoria y el pen-drive.

Las cosas que todavía no son giga:

  • Las disketteras que están totalmente fuera de este siglo
  • El Hotmail -aunque cueste creerlo, los amarretes nos otorgan el espacio aproximado de un diskette para nuestros mails: sí, son 2 megas cuando es gratis y 250 cuando uno paga una mensualidad-
  • los CD's que ya están cerca de jubilarse
Las denominaciones siguientes siempre hablando de a tres dígitos más son: el Tera, el Peta, el Exa, el Zetta y el Yotta. El giga era lindo, y el Tera tiene algo de onda, pero el PETA? Tengo dos Yottabytes de disco. Es muchísimo espacio, es un 2 seguido de 24 ceros. Si se compran 2 discos de 500 Gigas tienen un Tera, no? Bueno tendrían que comprar 2 millones de esos discos para tener un Exa, y tendrían que multiplicar esa cifra otra vez por 1 millón para tener 1 Yotta. Y aun así, es feo eso de yotta. Si uno dice tengo la computadora yotta parece que fuera una computadora que no funciona.

Yo hace poco llegué al Tera de disco en una máquina. Me costó remarla con 4 discos: 2 de 250 y 2 de 300 gigas. Hoy por hoy eso de Tera no suena tanto en el aire. Recuerdo claramente cuando tenía un disco de 200 megas (hace realmente poco, sólo diez años) y el prefijo Giga no era tan común. Estamos hablando de multiplicar algo por mil, es muchísimo! Y es muy problable que el año que entra los discos de un Tera ya anden por ahí dando vueltas, no como cosa tan popular, pero se van a ver. Y después los discos de 10, de 30, de 100 y así seguimos subiendo y subiendo.

Todos los prefijos de los que hablamos se hacen para ahorrar ceros al hablar o escribir un número. De esta manera es más fácil hablar de 2 toneladas que 2 millones de kilos, o de 2000 millones de gramos. Eso del kilo es griego, como los demás prefijos que mencioné más arriba, y se usa para multiplicar algo por mil. El romano millón es el mega griego. Repasemos: un billón es un millón de millones -y no mil millones como entendieron los sajones-, un trillón es un millón de billones, un cuatrillón es un un millón de cuatrillones y así. Creo que después de los novillones (jeje) no se dice veintillón que queda tan artificial, pero estoy seguro de que si seguimos así lo vamos a necesitar.

El romano cuatrillón es un yotta griego. Un giga es un billón de los de verdad, pero me cuesta imaginar la frase: ponele un billón de bytes, ponele. Me imagino que nos seguiremos manejando con los prefijos griegos y que tendremos que inventar combinaciones como tengo un terapeta o dame 3 zettajones.


viernes, septiembre 08, 2006

Introducción a Linux

Bueno, ya saben, Linux es código abierto, y es gratuito. Pero así se llama solo el kernel, que es el corazón del sistema
operativo. Al conjunto de cosas sumado se le llama GNU/Linux: es todo el universo que rodea al kernel, incluyendo manejadores de dispositivos y utilitarios básicos, y el conjunto de decenas de miles de programas que están disponibles para su instalación.

Tengo que aclarar esto para que puedan visualizar, aunque no lo puedan creer, que GNU/Linux pone frente a nuestras
narices una enorme bandeja donde podemos elegir los programas que están disponibles y podemos instalar lo que
querramos. Sin spyware, ni trampas, ni virus, ni cosas raras. Así nada más.

En una instalación como el Ubuntu, podemos bootear la máquina con el cd de instalación, y una vez que termina de iniciar podemos disfrutar del Linux, navegar por Internet, mandar mails y usar el Open Office (esto si utilizamos el DVD de instalación, en el que le caben más cosas) para editar una planilla de cálculo o un documento, compatible con el paquete de office de Microsoft y con el Open Document que está tan de moda ahora.

En el escritorio hay un ícono que dice Instalar, y con apretarlo se inicia el proceso de instalación. Hace un par de preguntas sencillitas que cualquiera puede responder y después copia, formatea, pinta, corta y todo lo que tiene que hacer sin nuestra intervención. Mientras tanto, podemos seguir navegando y trabajando hasta que el programa de instalación termina y nos pregunta si deseamos reiniciar la computadora para utilizar el Ubuntu o si deseamos continuar con nuestro trabajo y reiniciar más tarde.

Digamos que si sumamos el tiempo de inicio y reinicio de la computadora y le descontamos todo el tiempo en el que pudimos seguir trabajando y usando la computadora, la instalación nos llevó unos tres minutos. Estoy exagerando, pero realmente, la instalación no se siente como tiempo muerto.

Una de las visiones más impresionantes es sin lugar a dudas el agregar/remover programas. Si queremos empezar a entender el impacto ahí tenemos una buena forma de empezar. Al contrario de lo que podemos estar acostumbrados, podemos agregar programas estén que están en el DVD de instalación o a través de la conexión de internet, y estos se instalarán sin demasiado trámite para estar disponibles de inmediato.

El programa encargado de instalar y desinstalar los programas es uno sólo, y es parte de la distribuciónb GNU/Linux que estamos usando. Este manejador de paquetes de instalación verificará si existe algún impedimento por el que el programa que deseamos instalar no funcionará, y de ser así ni siquiera inicia el proceso de instalación. Los buenos manejadores de paquetes se encargan de gestionar las dependencias y los requerimientos, y el noventa y nueve por ciento de lo que el administrador dice que podemos instalar supera esta etapa crítica satisfactoriamente.

En Windows, la posibilidad de que esto sea así es bastante más baja: tenemos que buscar el programa en internet, bajarlo y probar la instalación. Como cada programa tuvo que desarrollar su propio programa de instalación, todos están a merced de los muchos errores que se pueden cometer. El programa de desinstalación, que también es responsabilidad de cada desarrollador de software es muy posible que no funcione, que no saque lo que tiene que sacar o que directamente, no exista. Incluso, algunos programas maliciosos están hechos para desinstalarse y programar su re-instalación en el próximo arranque de la computadora. No hay ninguna herramienta del sistema que nos permita remover un programa, lo que hay es un programa que centraliza la tarea de desinstalar y ejecuta el programa de desinstalación que cada programa haya preparado.

La experiencia GNU/Linux es mucho más que un sistema operativo nuevo, y no fue pensado para emular a Windows
aunque muchos digan lo contrario, o sugieran que debería para ser más popular. Gracias a esto, es posible que pasarse a GNU/Linux sea una transición llena de descubrimientos, sorpresas y oportunidades para aprender a pensar las cosas de otra manera.

Siempre surge una pregunta sobre GNU/Linux y todo el mundo del código abierto: cuál es el modelo de negocios viable? La repuesta mejor enayada es: la ganancia está en el soporte y la implementación. Pero la génesis del código abierto no responde a un modelo comercial sino a la buena voluntad y espíritu universal que tienen los fundadores de todo este movimiento. La fuerza mayor que impulsa al código abierto posiblemente esté en la contrapartida: en el modelo comercial de software que hizo que, tras el grial de la compatibilidad, la empresa de software más grande del mundo se transformara en la única que puede mostrar ganancias y en la única dueña de un espacio en el que cada vez caben menos los emprendimientos independientes.

martes, septiembre 05, 2006

Ringtones...

El ringtone se ha convertido en una fuente de ingresos gracias a que mucha gente no tuvo la habilidad de armar sus propios sonidos. Esto es, los pobres no-geeks del mundo no han sabido hacer sus propios sonidos y han tenido que conectarse a un portal para bajarlos y pagar por ellos. Los verdaderos geeks contemplan la escena tal si fueran Brad Pitt mirando a un pobre infeliz que tiene que pagar para tener sexo.

Un verdadero y aut'péntico geek sdabe galantear con la tecnología para hacerle producir sus mejores gemidos. Ya que todos los teléfonos tienen un micrófono y pueden grabar sonidos, por qué ponerle una música que suena sólo en sus primeros acordes, todas las veces? Ya ni se sabe si suena un teléfono o se encendió una radio.

Una recomendación entonces de los mejores sonidos que se le pueden poner a un teléfono para hacerlo bien personal:

  • Una flatulencia. Si es propia, más personal. Se puede tener una buena variedad para distintas ocaciones.
  • Un buen erupto o berp. Idem ut supra.
  • Se puede personalizar aún más poniendo -siempre que se pueda- la voz del contacto que llama, gritando que por favor lo atiendan.
  • Gemidos. Si se los personaliza por contacto se puede impresionar a la tía Porota hasta el síncope.
  • Se puede grabar parte de un mensaje que nos dejaron, y almacenarlo como ringtone personalizado o no.
  • Se puede poner voz de robot y decir algo como: llamada en progreso. Es mejor pedirle a una amiga que vemos poco, así no nos resulta tan trucho. Si se es realmente geek, uno sabe como hacer para resamplear el sonido y agregarle efectos de marciano, o cosas así.
  • Grabar la puteada del portero, para los nostálgicos
  • La bocina del auto para los fierreros
  • El ladrido del perro para los molestos  dueños
  • nos grabamos cantando en la ducha
  • nos grabamos gritando riiiing!
La lista podría seguir y seguir porque da para mucho. Es cuestion de poner un poco de imaginación y encontrar la mejor manera de hacer que nuestro teléfono sea inconfundiblemente geek.



viernes, septiembre 01, 2006

Microsoft: La tiendita del horror

Para los pocos que no vieron las varias versiones de la película, no vieron el musical y nadie nunca se las contó, aquí va un pésimo resumen: es la historia de un nerd de la botánica que descubre que una de las plantas que cruzó para el local donde trabaja se alimenta de sangre. La alimenta con su propia sangre y la planta exótica atrae a mucha clientela y genera mucho dinero y fama. La planta que crece necesita alimentarse de más sangre y le sugiere al pobre Seymur que mate gente para darle de comer. La planta se come a todos.

Encontré un mejor resumen en la wikipedia http://en.wikipedia.org/wiki/The_Little_Shop_of_Horrors

Más allá de mi descolorido relato, me pareció que este bello musical se parecía mucha a la historia de Microsoft y el tendal de cadáveres que ha dejado a su paso.

Estoy hablando de competidores y socios de Microsoft, que murieron en el camino a pesar de haberla ayudado en un principio a perpetuar sus ventas. Cuando Microsoft ataca a sus competidores en el terreno de los sistemas operativos lo primero que dice es: Microsoft tiene muchas mas aplicaciones. Y saca una lista enorme de proveedores de software muchos de los que... han muerto en sus manos.

El problema es que Microsoft pretende hacer TODO el software que el noventa por ciento de sus clientes usa en sus computadoras. Todo. La competencia es dura, y si no ofrece todo lo que tiene que ofrecer, Microsoft pierde la batalla de los sistemas operativos. Pero también consume el oxígeno que debería cuidar y multiplicar, y que mueve el negocio a largo plazo: las empresas que libremente y por interés comercial prolongan el uso de un sistema base agregándole funcionalidad.

No, este no es un blog en el que ataco a Microsoft. Este es un blog en el que diagnostico que Microsoft tiene una enfermedad mortal y que posiblemente debería recurrir a una medicina de código abierto para subsitir. Hace muy poquito Microsoft publicó una docena de leyes que ha puesto para su propia compañía y todas hacen referencia a dejar vivir en paz a los demás. Si esas leyes pudieran hacerse realidad las cosas mejorarían para todos.

Pero al mismo tiempo tiene que salir a competir en absoultamente todos los frentes. Al mismo tiempo dejó salir la noticia de que prepara un iPod killer, un producto con el que desea destronar a su competidor, Apple, en la batalla de la música portatil. Teme, con razón, que la gente contagiada por el buen desempeño de su reproductor de multimedia se asome al Mac OS/X y deje el Windows XP que es sinceramente inferior. El Vista Windows se retrasa cada día más, o se recorta su funcionalidad, y cada día se duda más de su éxito: es muy demandante de recursos, y bastante caro.

Le costó muchísimo dinero desarrollarlo, porque trató de reescribir su antiguo código que no resiste más, y le costó mucho más porque tuvo que volver al viejo código de Windows y tirar a la basura -literalmente- multi-millonarias horas/desarrollador para terminar en otro maquillado anciano que tropieza con sus propios pies. Es como si una empresa no pudiera jubilar a un fiel empleado, y lo presentara como el nuevo empleado a sus accionistas, disfrazado y con muchas cirugías estéticas.

Steve Jobs, CEO de Apple, presentó a Leopard, la nueva versión de su sistema operativo que lanzará simultáneamente con Microsoft. En algunas banderas se leía jocosamente "Leopard, Vista 2.0" haciendo una alusión bastante justa a que su sistema actual ya tenía todo lo que el Vista ofrecerá y que esta nueva versión lo supera ampliamente.

Ahora que el mundo empieza a usar las computadoras para hacer negocios reales y depende de ellas para sobrevivir, no puede sostener a Microsoft y sus prácticas monopólicas que son la base de su negocio. Aunque a la sombra de su monopolio, sus productos no se desarrollaron en buenos términos y son mediocres, la verdadera razón es que Microsoft no puede dejar de traicionar a sus socios, y este modelo comercial no funciona a largo plazo.

El final de Seymour no es otro que morir a manos de su propia invención que le dijo una vez más que el que a hierro mata, a hierro muere.